• Skip to main content
  • Skip to secondary menu
  • Ir a la Barra Lateral Principal
  • Brincar el pie de pagina
La Hoja de Arena

La Hoja de Arena

Portal cultural de temas infinitos

  • ARTE VISUAL
  • CIENCIA
    • Mundo humano
    • Tumbamitos
    • Universo
    • Vida
  • CINE
  • LITERATURA
    • Cuento
    • Poesía
    • Artículos
    • Entrevista
    • Reseña
  • MÚSICA
  • SOCIEDAD
  • TEATRO
  • AUTORES
Estas Aquí: Hogar / Ciencia / El sonido de las nubes

El sonido de las nubes

Por Karina Vargas

sonido_nube

La sonoridad siempre viene acompañada de imágenes sólidas y etéreas provenientes de nuestra imaginación o de la reproducción de recuerdos y experiencias. Y es que un sonido en sintonía puede convertirse en una interminable fábrica de sensaciones tan extremas en belleza y desagrado que a pesar del ruido poco grato sería un martirio vivir sin éste.

Pero más allá de la sonoridad perceptible hay espectros acústicos aparentemente inexistentes estrechamente relacionados con la interacción entre el sonido y nosotros; es en la música la proyección de notas y versos una vía de comunicación directa entre el transmisor y nuestra mente, así mismo el viento y su temperatura entre una onda acústica y nuestro oído.

John Tyndall es un físico irlandés que, además de explicar el porqué de la reflexión de la luz en las partículas suspendidas en el ambiente—como las pelusitas de polvo que vemos a través de un halo de luz—, nombró a las zonas de aire transparente que reflejan el sonido y causan “eco” en el aire como “nubes acústicas”. Según explica, éstas no tienen relación alguna con las nubes ordinarias que pintan el cielo, ni con la niebla o la bruma.

Declara también que existen infinidad de nubes acústicas en la atmósfera que generan ecos aéreos provenientes de corrientes de aire más o menos calientes o con una cantidad de vapor distinta. La opacidad de sonido que las nubes acústicas tienen provoca discontinuidad del sonido en ciertos eventos, como los generados en las batallas.

Un testigo de la guerra Franco-Prusiana atestiguó en un fragmento de sus memorias un singular acontecimiento: En un día cargado de niebla impenetrable el ambiente estaba lleno de ruido y estruendos, sin embargo al día siguiente reinaba una tranquilidad alarmante que los hacía cuestionarse acerca de la continuidad bélica. Al caminar durante un largo rato se encontró con otros soldados que sugerían que la paz se había pactado. Finalmente, guiado por su curiosidad, supo que los alemanes habían bombardeado desde la mañana y concluyó de esta manera “Todo esto dependía del aire, que hoy conducía el sonido tan mal, como ayer lo conducía bien.” El sonido viaja de forma ondulatoria y puede reflejarse, refractarse o absorberse. Es así que las nubes acústicas demuestran una reflexión diferente a la de un cuerpo sólido, siendo un modo de movimiento más que entidad estable.La Hoja de Arena

¿Y tú qué opinas?
The following two tabs change content below.
  • Bio
  • Artículos recientes
Avatar

Karina Vargas

Avatar

Artículos recientes por Karina Vargas (see all)

  • El sonido de las nubes - 05/07/2013

Relacionado

Interacciones del Lector

Deja un comentario Cancelar respuesta

Barra lateral Primaria

  • Facebook
  • Instagram
  • Tumblr
  • Twitter




Lo más visto en la semana

  • Cómo la masculinidad nos arruinó Death Note (entre otras cosas)
  • Contra la discriminación lingüística: En defensa de nadien
  • Carta de Lorca a Dalí
  • El sonido de las nubes
  • El otro Nueva York: ‘Mi cena con André’

Footer

La Hoja de Arena

La Hoja de Arena es un espacio de presentación y discusión de nuevas ideas. Buscamos dar difusión a nuevos artistas y a sus proyectos, en cualquiera de los distintos formatos: narrativa, poesía, ensayo, fotografía, pintura, escultura, danza, teatro, música: clásica, experimental o tradicional. Nuestro compromiso también es con la ciencia y la filosofía ya que creemos que el arte y el conocimiento son la verdadera fuente de libertad para el ser humano.

Hojas Útiles

  • Acerca
  • Colabora
  • Inicio

Busca en La Hoja de Arena

·El número de páginas de este libro es exactamente infinito. Ninguna es la primera; ninguna la última. ·